14 abril 2009

Apología de los puntos cardinales-VII


Los rincones vieron a los pasos prolongarse
por el empedrado epitelial de los andenes
y era en el final como al principio:
luego de la danza impostergable del deceso
se sobrevino la música,
un caer de ropas y de pieles
sobre nuestro cuerpo cuadrilátero
y amaneció el adiós, su miserable calma
rojos cuchillos sobre el planisferio.
Era en lo mas bajo del crepúsculo, las voces
se ensancharon hasta el fin del mundo
y rodó en la boca alguna rota despedida
y se apagó el sistema endurecido de los besos.
Lejos de ellos mismos se encontraron
en las antipodas viejas.
Se bifurcó su confundida sombra
y se apartaron sin reconocerse.
El monstruo vaga por nosotros, desterrado.
La hembra busca la penetración del fuego.
Pero en la perfecta eufonia de lo que existe,
paradoja física, en la esfera
cuanto más al Sur se llega al Norte,
la mano izquierda del Este toca la mano derecha de Oeste
y así, como más distantes más cercanos.
Nosotros, tetracéfalo horroroso,
tallamos cicatrices para encontrar lo perdido
y que entonces,
cuando la canción de los demonios se detenga,
cuando interrumpido en el oleaje
el barco oscuro de las horas se desplome,
los soles mueran,
nuestras cansadas espaldas no sostengan la distancia,
esa curva negra de nombrar lo que esta ausente,
de los abisales emerja el vacío,
reinos esculpidos en silencio
y sean creados ritmos nuevos,
otras lenguas estelares.
Pero desde el fondo del desorden,
graves como antiguas procesiones, ellos
se tomarán las manos claroscuras,
se lavarán los cuerpos
y se harán la luz hasta mojarse.
[Ya en la habitación ensombrecida
alguien ha despertado, de repente.]



De: Adelaida Caballero

adelaidacaballero.blogspot.com

(Mancha designada)

2 comentarios:

edegortari dijo...

No pues no quedó muy claro de qué trato, peor igual y con otra lecutra le entiendo. Por cierto Víctor, se te fueron algunos acentos al transcribirlo, como en cuadrilátero. Saludos

MANCHA dijo...

Este es un fragmento. La última parte del poema-poemario publicado por ella misma. Está transcrito tal cual aparece en el libro, sin embargo ya hice las correcciones correspondientes. Gracias por el dato.