1983-2008
A SUS 25 AÑOS
¡EL matapiOjO VIVE!
Por Diego Velasco Andrade
¿Qué nos dejaron los 80, “LA DÉCADA PERDIDA”, en Ecuador? El ocaso del movimiento de los “talleres” y de algunas tribus de barbudos, pero también el impacto de la metodología del Taller Literario sobre las nuevas generaciones de escritores. Una eclosión de publicaciones y revistas que se consumieron “al paso” y que hoy han sido olvidadas por las nuevas generaciones. La transfiguración de una poesía irónica, sardónica, política y comunicante, a la del hermetismo individualista y a una cómoda “teoría del desencanto” o peor del “desencuentro”, o quizás en los más jóvenes poetas a una elitista y canónica visión de la poesía, que ha sido usada por los escritores y poetas de oficio, oficina y/o “oficiales” en nuestro país, como una suerte de extravagancia literaria, exotismo intelectual y “marketing personal”.
En aquella época, un grupo de jóvenes escritores, algunos de ellos que venían de participar en el Taller de Miguel Donoso Pareja en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, configuraron en Quito el matapiOjO; su utópica propuesta fue la de “acabar con aquel parásito que se reproduce en el basurero de la historia” y “socializar los medios de producción literaria”, todo en el marco de las acciones que en esa época desarrollaban varios grupos de artistas populares en la pintura, el teatro, la música y la literatura, en Ecuador y en América Latina. Aquella noción de “socializar los medios de producción artística” la habíamos tomado del argentino luego radicado en México, Néstor García Canclini, de su obra: Arte popular y Sociedad en América Latina (1982).
Desde los años 60 y al calor de los procesos de liberación o, iluminados por el faro de la revolución cubana, algunas experiencias innovadoras se habían realizado por una “literatura comunicante”, sobretodo en el proceso de difusión de la obra a través de diversos medios. Así, El Corno Emplumado en México, El Caimán Barbudo en Cuba, El Nadaísmo en Colombia, Techo de la Ballena en Venezuela y en Ecuador el Movimiento Tzántzico de los 60s. En los 70s nuevos intentos se habían dado en Quito con Los Canchis que darían luego origen a La Pedrada Zurda, el Sicoseo en Guayaquil, y Los Huaminga, en Riobamba.
En los 80, en plena revolución sandinista, Ernesto Cardenal y otros poetas experimentaron con la creación de talleres literarios en diferentes sectores sociales y generacionales: indígenas, niños, el ejército y la policía sandinista, campesinos, obreros, estudiantes, reclusos, etc. En todas estas “acciones de socialización” lo novedoso constituía el nuevo rol del escritor que se ampliaba más allá de “sacar la poesía a las plazas y fábricas, a sacar al escritor de su urna de cristal” (al decir de Pablo Yépez Maldonado) para que compartiera sus técnicas y procesos de creación…“con la gente común y corriente”…
Así, hasta fines de los años 80 el matapiOjO y quienes asumimos aquella necia pero bella utopía, desarrollamos varios Talleres de creación literaria, entre diversos grupos especialmente de jóvenes colegiales y universitarios, interesándonos luego en la creación de una red de Talleres Literarios con otros que a la época funcionaban en las ciudades de Quito, Ibarra y Riobamba, propuesta que, como es natural, nunca pudo consolidarse en aquella época difícil: en aquella “década perdida” que daría luego origen a una “generación del desencanto”; época tenaz en la que sin embargo, otra generación de jóvenes fue torturada y/o asesinada por la más leonina oligarquía de Ecuador; circunstancia que no escapó a la cotidianeidad de los Talleres Literarios, con la desaparición de nuestros hermanos Gustavo Garzón y Marco Núñez Duque, de los Talleres Mosca Zumba y matapiOjO, respectivamente.
El matapiOjO fue fundado por Hernán Hermosa, Pablo Yépez Maldonado y Diego Velasco Andrade en 1983; su nombre surgió de un juego de habla popular ecuatoriano al que añadimos nuestra intención antiséptica de ayudar a “matar a aquellos parásitos que se reproducen en la pobreza”; el grupo en su utópico proceso fue hermanando a una gran cantidad de jóvenes que venían de las luchas estudiantiles del turbulento Quito de aquella época. Sus procesos de comunicación se desarrollaron a través de recitales, hojas volantes, hapenings, pintada de graffitis en las calles, el diseño e impresión informal de las revistas matapiOjO de formato casette y un periódico que se vendía en los buses: El escarabajo utópico, imaginado y escrito por el recordado Marco Núnez Duque, desparecido por el poder a los 21 años, durante la época de mayor represión. En 1989 el grupo inició una larga gira hacia Colombia, llegando a dar varios recitales en cafés y en la Casa de Poesía Silva y establecer contactos con jóvenes poetas colombianos y sudamericanos.
Próximamente K-Oz Editorial, editará MATAPOETAS, una memoria antológica de la revista matapiOjO y de su colección de cuadernos poéticos, que llegó a publicar a 10 autores, dos de los cuales ya no están con nosotros: Paco Benavides y Marco Núñez Duque; además de reproducir en facsímile dibujos y textos de su insectívoro periódico El escarabajo utópico. Vaya aquí para los jóvenes hermanos mexicanos una selección de textos de diez poetas matapiOjOs que recogen de algún modo la visión e intención poética de aquella época. Y con las palabras de nuestro hermano poeta también ausente Alfonso Chávez Jara, les decimos
¡SALUD VIENTOS!
¡ABAJO EL COMEJÉN!
¡EL MATAPIOJO VIVE, ESPANTAJOS¡
Octubre 19,
Ki-To: Tierras del Centro
A SUS 25 AÑOS
¡EL matapiOjO VIVE!
Por Diego Velasco Andrade
¿Qué nos dejaron los 80, “LA DÉCADA PERDIDA”, en Ecuador? El ocaso del movimiento de los “talleres” y de algunas tribus de barbudos, pero también el impacto de la metodología del Taller Literario sobre las nuevas generaciones de escritores. Una eclosión de publicaciones y revistas que se consumieron “al paso” y que hoy han sido olvidadas por las nuevas generaciones. La transfiguración de una poesía irónica, sardónica, política y comunicante, a la del hermetismo individualista y a una cómoda “teoría del desencanto” o peor del “desencuentro”, o quizás en los más jóvenes poetas a una elitista y canónica visión de la poesía, que ha sido usada por los escritores y poetas de oficio, oficina y/o “oficiales” en nuestro país, como una suerte de extravagancia literaria, exotismo intelectual y “marketing personal”.
En aquella época, un grupo de jóvenes escritores, algunos de ellos que venían de participar en el Taller de Miguel Donoso Pareja en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, configuraron en Quito el matapiOjO; su utópica propuesta fue la de “acabar con aquel parásito que se reproduce en el basurero de la historia” y “socializar los medios de producción literaria”, todo en el marco de las acciones que en esa época desarrollaban varios grupos de artistas populares en la pintura, el teatro, la música y la literatura, en Ecuador y en América Latina. Aquella noción de “socializar los medios de producción artística” la habíamos tomado del argentino luego radicado en México, Néstor García Canclini, de su obra: Arte popular y Sociedad en América Latina (1982).
Desde los años 60 y al calor de los procesos de liberación o, iluminados por el faro de la revolución cubana, algunas experiencias innovadoras se habían realizado por una “literatura comunicante”, sobretodo en el proceso de difusión de la obra a través de diversos medios. Así, El Corno Emplumado en México, El Caimán Barbudo en Cuba, El Nadaísmo en Colombia, Techo de la Ballena en Venezuela y en Ecuador el Movimiento Tzántzico de los 60s. En los 70s nuevos intentos se habían dado en Quito con Los Canchis que darían luego origen a La Pedrada Zurda, el Sicoseo en Guayaquil, y Los Huaminga, en Riobamba.
En los 80, en plena revolución sandinista, Ernesto Cardenal y otros poetas experimentaron con la creación de talleres literarios en diferentes sectores sociales y generacionales: indígenas, niños, el ejército y la policía sandinista, campesinos, obreros, estudiantes, reclusos, etc. En todas estas “acciones de socialización” lo novedoso constituía el nuevo rol del escritor que se ampliaba más allá de “sacar la poesía a las plazas y fábricas, a sacar al escritor de su urna de cristal” (al decir de Pablo Yépez Maldonado) para que compartiera sus técnicas y procesos de creación…“con la gente común y corriente”…
Así, hasta fines de los años 80 el matapiOjO y quienes asumimos aquella necia pero bella utopía, desarrollamos varios Talleres de creación literaria, entre diversos grupos especialmente de jóvenes colegiales y universitarios, interesándonos luego en la creación de una red de Talleres Literarios con otros que a la época funcionaban en las ciudades de Quito, Ibarra y Riobamba, propuesta que, como es natural, nunca pudo consolidarse en aquella época difícil: en aquella “década perdida” que daría luego origen a una “generación del desencanto”; época tenaz en la que sin embargo, otra generación de jóvenes fue torturada y/o asesinada por la más leonina oligarquía de Ecuador; circunstancia que no escapó a la cotidianeidad de los Talleres Literarios, con la desaparición de nuestros hermanos Gustavo Garzón y Marco Núñez Duque, de los Talleres Mosca Zumba y matapiOjO, respectivamente.
El matapiOjO fue fundado por Hernán Hermosa, Pablo Yépez Maldonado y Diego Velasco Andrade en 1983; su nombre surgió de un juego de habla popular ecuatoriano al que añadimos nuestra intención antiséptica de ayudar a “matar a aquellos parásitos que se reproducen en la pobreza”; el grupo en su utópico proceso fue hermanando a una gran cantidad de jóvenes que venían de las luchas estudiantiles del turbulento Quito de aquella época. Sus procesos de comunicación se desarrollaron a través de recitales, hojas volantes, hapenings, pintada de graffitis en las calles, el diseño e impresión informal de las revistas matapiOjO de formato casette y un periódico que se vendía en los buses: El escarabajo utópico, imaginado y escrito por el recordado Marco Núnez Duque, desparecido por el poder a los 21 años, durante la época de mayor represión. En 1989 el grupo inició una larga gira hacia Colombia, llegando a dar varios recitales en cafés y en la Casa de Poesía Silva y establecer contactos con jóvenes poetas colombianos y sudamericanos.
Próximamente K-Oz Editorial, editará MATAPOETAS, una memoria antológica de la revista matapiOjO y de su colección de cuadernos poéticos, que llegó a publicar a 10 autores, dos de los cuales ya no están con nosotros: Paco Benavides y Marco Núñez Duque; además de reproducir en facsímile dibujos y textos de su insectívoro periódico El escarabajo utópico. Vaya aquí para los jóvenes hermanos mexicanos una selección de textos de diez poetas matapiOjOs que recogen de algún modo la visión e intención poética de aquella época. Y con las palabras de nuestro hermano poeta también ausente Alfonso Chávez Jara, les decimos
¡SALUD VIENTOS!
¡ABAJO EL COMEJÉN!
¡EL MATAPIOJO VIVE, ESPANTAJOS¡
Octubre 19,
Ki-To: Tierras del Centro
4 comentarios:
Me pareció un nombre hermoso El carabajo utópico.
Saludos.
Leer tu blog es una cuestión realmente caótica...
Saludos Mancha!
este es un espacio caotico
realmente caotico
en mi blog hay un nombrado especial a este espacio
espero lo veas, estoy seguro que no es de tus intereses,
pero es solo una nominacion
fácil perderse en su blog...
muchas manchas para ud. también
saludos
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