El maese relajado parece tomar el sol con el rostro puesto en las sombras. Representa acaso un aliento que no podemos aspirar; el ser rebelde, hoy en día, está vedado.
¿Qué nos queda? ¿La institucionalización de lo que somos? ¿Una pose?
El brillo de pertenecer nos tiene hipnotizados. Ninguno puede pertenecer al club del gran Witold Gombrowicz.
***Se recomiendan sus libros Ferdydurke, Transatlántico y Contra los poetas.
1 comentario:
de chupete! esto no lo habia visto. Gracias.
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